Enganche que se destacó por su habilidad técnica excepcional, visión de juego y una precisión formidable en los remates de larga distancia, cualidades que lo convirtieron en ídolo Granate. Tras sus inicios prometedores en el Club Atlético Huracán, Hugo Morales llegó a Lanús en 1995 para vivir la etapa más brillante de su carrera profesional. Bajo la conducción técnica de Héctor Cúper, "Huguito" se erigió como el conductor y la pieza clave de un equipo que quedaría en la historia grande del club. ​Su creatividad y efectividad en el mediocampo fueron fundamentales para la conquista de la Copa Conmebol de 1996, el primer título internacional en la historia de Lanús. Este logro no solo le valió un lugar de privilegio en el corazón de los hinchas, sino que también lo catapultó a la Selección Argentina, con la que obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. ​Más allá de los títulos, su paso por Lanús se recuerda por momentos de profunda emoción y superación. En 1998, tras superar una grave enfermedad que lo mantuvo alejado de las canchas por más de siete meses, regresó en un partido memorable contra San Lorenzo y marcó el gol de la victoria en el último minuto, un instante que se convirtió en un símbolo de su perseverancia y amor por el club. ​Tuvo dos etapas en la institución: la primera y más exitosa entre 1995 y 1999, y una segunda en 2003, que aunque marcada por lesiones, reafirmó el cariño incondicional de la gente.